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Soy una hojita

¡AH, QUÉ BOBO!

¡Qué manjar tan sabroso

qué exquisita gracia

qué aplomo!

Mis ojos la descrubrieron

apoyando su hombro

en el umbral del pórtico,

jamás vi tal rostro

ni perla solitaria

luciendo como una flor.

Sobre la fría piedra

descansaban sus piernas,

éran esbeltos olmos

de ramas tiernas,

a la luna vi beber de su rostro,

lástima que el respeto

me impidiera abrazarla, besarla.

Me quedé con el recuerdo

de sus ojos

y con sus trenzas de oro

.

.

* Soy una hojita *  07/11/09

 

 

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