¡DIOS MÍO, QUÉ PAUSAS TIENEN LOS SILENCIOS!
No me extraña
que el polvo se revuelva
con el viento,
y los ojos duelan
al sentir el aguijón
que las horas llevan,
se baten lluvia y vidrieras
sin que ninguna muera
.
Hay fuegos fatuos
guarecidos en mi ser
arrollando pasan,
aún, no se por qué.
Cansada de recuerdos
mi piel palidece,
lucho contra las fuerzas
vivas de la muerte
.
Tantos años de vigilia
desfiguraron mi cerebro
no se a qué lugar
huyeron mis rezos,
no oigo el suave
rumor del templo,
ni en los cuadros
veo mi reflejo
.
¡Qué soledad lleva el tiempo!
Del bosque huyó el verde,
solo melancólica bruma
que a clavarse viene.
Lástima que la culpa sea:
un nido de sierpes,
sollozo seco
que el viento muerde
.
.
* Soy una hojita * 09/11/09
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